1. PIENSA EN LAS NECESIDADES
Cada proyecto es un mundo. Por eso lo primero que tienes que hacer es pensar el uso que se dará a un espacio y planearlo teniendo esto en cuenta. Por ejemplo, si proyectas el comedor de una familia que siempre come en casa, necesitarán una mesa grande. Si es para una persona que siempre comer fuera, una simple barra será más que suficiente.

2. UNA BUENA DISTRIBUCIÓN
Es una de las claves básicas para tener un resultado perfecto. Ten en cuenta dejar paso para la luz natural y crear una circulación fluida, quitando todos los obstáculos que se ponga en medio.
3. PROS Y CONTRAS
Todos los espacios tienen algo bueno y algo malo. Procura resaltar sus cualidades positivas (una cristalera, la chimenea, las vigas de madera o unos suelos bonitos) y ocultar sus defectos.

4. MATERIALES
Una vez tienes claro el uso que se dará a un espacio, elige los materiales que mejor se adapten a él. Por ejemplo, en una entrada es mejor colocar un suelo fácil de mantener en lugar de una moqueta, que puede ser más recomendable en un dormitorio al que queramos dar calidez.
5. LA PALETA CROMÁTICA
Una de las mejores herramientas para dar coherencia a un interior. Elige entre 3 o 5 colores y asegúrate de emplearlos en toda la estancia de forma equilibrada. Los resultados te sorprenderán.

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