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Cuándo podrán anotarse los turistas extranjeros para la vacunación en Uruguay

La semana que viene se reabrirán las fronteras para cruzar al país vecino; el gobierno de Lacalle Pou analiza cómo será el plan y a quiénes incluirá.

Cuando falta menos de una semana para la reapertura total de las fronteras en Uruguay, el gobierno de Luis Lacalle Pou está ajustando los últimos detalles para la recepción de turistas en medio de un escenario sanitario catalogado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) como “endémico”. A partir de esto, el gobierno tiene claro que Uruguay debe ser un lugar seguro para la entrada de turistas y, bajo esa lógica, la semana pasada se anunció que los extranjeros tendrán la posibilidad de recibir dosis contra el Covid-19.

Más allá del atractivo turístico que esto pueda suponer, la logística de la vacunación a extranjeros está bajo la órbita de Salud Pública, que aún no ha emitido un comunicado oficial al respecto. En este sentido, según supo El País, las autoridades sanitarias prevén que los extranjeros puedan agendarse para la vacunación una vez transcurridos cinco días desde su llegada.

Esto fue discutido en la reunión entre los ministerios de Salud, Defensa, Interior y Turismo el jueves pasado. El motivo está en que para ingresar es necesario un PCR negativo con no más de 72 horas de antigüedad y otro hecho a la semana del primero. En promedio, cinco días es un tiempo “razonable” en el que se espera que la mayoría de las personas cumplan con el plazo para el segundo test.

Desde el MSP advirtieron que no será la vacunación la que quedará habilitada a los cinco días de la llegada, sino la posibilidad de acceder a la agenda. La Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento (Agesic) es la encargada de determinar cómo los extranjeros recibirán día y hora para las dosis correspondientes.

Consultado al respecto, el director ejecutivo de Agesic, Hebert Paguas, dijo a El País que la manera en la que los extranjeros se podrán anotar al quinto día se aplicará “del mismo modo que en el caso de los uruguayos con las dosis correspondientes”, en referencia a que quienes transitaron la enfermedad no pueden ingresar al sistema hasta pasado un mes del alta, y quienes se dieron una segunda dosis tampoco pueden agendarse para la tercera durante un plazo determinado.

La idea del gobierno es que haya una “convivencia” dentro del plan de vacunación entre uruguayos y extranjeros y, por esto, la agenda incorporará a los turistas que se inscriban especialmente para recibir las dosis y no a todos los que hagan la declaración jurada necesaria para ingresar, aunque ese planteo estuvo sobre la mesa el jueves pasado, según supo El País.

”Hoy lo más seguro es la vacunación a menores de entre 12 y 18″, adelantó una fuente del gobierno a El País. Inicialmente, el ministro Viera había dicho que se pensaba vacunar a los menores que no se hubieran vacunado en sus países y también administrar una tercera dosis para los mayores de 18 que así lo desearan. Ahora, la tercera dosis no está definida para los extranjeros. Eso dependerá de “las vacunas exactas que dispondrá Uruguay al momento del anuncio para turistas”, así como del “número de uruguayos que se termine de vacunar”, para entonces sí “después pensar” en vacunar a los turistas extranjeros con el refuerzo.


Vacunas para niños

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, recibirá esta semana en Torre Ejecutiva al gerente general del laboratorio Pfizer. Según fuentes del gobierno, está previsto que en el encuentro empiece una negociación para la compra de vacunas para niños.

Dada la marcha epidemiológica local, la época del año (se acerca el verano y fin de las clases) y la alta vacunación entre la población adulta, el gobierno no tiene como prioridad la inmunización inmediata de los niños. De hecho, aún no ha elevado el asunto para el análisis de la comisión asesora en vacunas.

Sin embargo, hay dos fenómenos concomitantes que podrían acelerar la decisión: la inminente habilitación de la agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos (FDA) y que, en Uruguay, los niños están oficiando de reservorio del virus. El presidente del Codicen, Robert Silva, dijo que ya son más de 300 los estudiantes que dieron positivo al test diagnóstico de Covid-19 en lo que va de octubre, y el 89% se concentra en Inicial y Primaria (población que no puede ser vacunada). A su vez, el principal asesor en Infectología del gobierno de Joe Biden, Anthony Fauci, explicó ayer que, de mediar la autorización de la FDA, unos 28 millones de niños de 5 a 11 años podrían recibir la vacuna en “las primeras dos semanas de noviembre”.

Según las estimaciones realizadas tras el censo de 2011, en Uruguay habría unos 320.000 niños entre cinco y 11 años. Esa es la edad en la que Pfizer realizó su estudio de seguridad y eficacia y comprobó (a juzgar por los datos oficiales del laboratorio) que la vacuna previene en un 90% la enfermedad sintomática. Al respecto, Fauci dijo a la cadena estadounidense ABC: “Uno nunca quiere adelantarse a la FDA en sus decisiones regulatorias (que se discutirán hoy martes), ni tampoco quiere adelantarse a los CDC y sus asesores en lo que sería lo recomendado. Pero si nos fijamos en los datos que la empresa ha hecho públicos y anunciado, los datos se veían bien en cuanto a eficacia y seguridad”.

Más allá del encuentro que tendrá Delgado, dos fuentes del Ministerio de Salud Pública confirmaron que Uruguay apuesta a vacunar a los niños con Pfizer. La catedrática en Pediatría, María Catalina Pírez, ya había explicado los beneficios de este tipo de vacuna; lo mismo hizo el infectólogo pediátrico Álvaro Galiana y el inmunólogo Gualberto González. Este último fue enfático a la hora de admitir que, en los niños, “se necesita una vacuna que corte lo máximo posible la transmisibilidad” (y las vacunas de ARN mensajero han demostrado mejor eficacia al respecto).

Uno de los problemas que podría traer la compra de Pfizer es el relativo a la logística. Ocurre que la dosis para niños es tres veces inferior a la de adultos. Eso supone que de un vial (un frasquito) se podrían obtener seis dosis para adultos y 18 para niños. Pero, para lograr cargar en la jeringa esa mínima cantidad “habría que comprar nuevas jeringas o pensar en que el laboratorio venda viales con dosis distintas”, explicó Pírez. No sería la primera vez: las jeringas que se usaron para Sinovac eran distintas a las de Pfizer.


Por Clara Lussich y Tomer Urwicz para La Nación


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