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Futuro casino de Punta del Este removió el avispero

Su competidor, el Enjoy, puede reclamar por contrato que firmó en los ‘90.


En un invierno que se presenta complicado y muy quieto en Punta del Este, el proceso de adjudicar un nuevo casino privado para el balneario pinta de antemano para alquilar balcones.


El presidente Tabaré Vázquez, actuando con los ministros Liliam Kechichian y Danilo Astori, aprobó el pasado lunes 3 de junio el pedido de FOSARA S.A. (Grupo Cipriani) para instalar una segunda sala de juegos privada en el balneario. De todos modos, el millonario que construirá el nuevo San Rafael deberá participar de una licitación para poder explotar el nuevo casino, en la que correrá con ventaja por ser promotor de la iniciativa.

La noticia de la aprobación de una nueva sala de juegos corrió como reguero de pólvora por todo Punta del Este, disparándose todo tipo de comentarios, algunos de los cuales apuntaron a la firma Baluma S.A., propietaria del casino privado del hotel Enjoy.


Sucede que la empresa, de capitales chilenos y estadounidenses, es la heredera del proceso iniciado a comienzos de los años noventa por un grupo de accionistas de distintas nacionalidades asociados con el gigante hotelero Conrad International Hotels Corporation. Este grupo de accionistas ganó el llamado a licitación pública internacional realizada en 1991 por el gobierno de entonces.


El grupo ganador de la licitación ofertó, entre otras propuestas, pagar un millonario canon anual por la explotación del casino privado y comprar, además, el predio que actualmente ocupa en US$ 9.000.000.


Como contrapartida, el gobierno se comprometió a que las nuevas salas de juego que se concedieran, en una determinada área alrededor de Punta del Este, debían invertir como mínimo lo aportado por BALUMA S.A. para construir el hotel y casino. Esa inversión, en su época, fue de US$ 207.000.000.

El monto de inversión

Más allá del decreto presidencial, queda claro entonces que para habilitar un nuevo casino privado el interesado debe invertir más de US$ 207.000.000, la cifra aportada por Baluma S.A. para levantar el entonces Hotel Conrad de Punta del Este.


Pero, ¿qué dólares? La cifra de esa época? ¿O esos dólares ajustando su valor al presente? Nadie sabe contestar esta interrogante. De acuerdo a los cálculos efectuados en portales expertos en el tema, caso del propio Departamento del Trabajo de los Estados Unidos, los US$ 207.000.000 de 1997, año en que fue inaugurado el Hotel Conrad, equivalen a US$ 327.901.828 del presente, tomando como promedio una inflación registrada en los Estados Unidos del 2,11% anual.


Ante una consulta al respecto, el propio Cipriani aseguró que la inversión de su complejo supera largamente esa cifra, ajustada o no por la inflación de USA.

Decreto

El presidente Tabaré Vázquez aceptó hace diez días la iniciativa presentada por el grupo del empresario Giuseppe Cipriani para construir un casino en el edificio que ocupará el lugar del ex hotel San Rafael, en Punta del Este.


Según la resolución, el complejo denominado “Cipriani Ocean Resort and Club Residences - Punta del Este” contempla la construcción de “un nuevo Hotel San Rafael, casino, locales comerciales, centro de convenciones, teatro, spa y amenities, dos subsuelos de garajes subterráneos y residencias con destino vivienda”.


El proyecto fue analizado técnicamente por los Ministerios de Economía y Finanzas y Turismo. En ambos casos los informes que emitieron fueron favorables y aceptaron la iniciativa, al igual que la Dirección General de Secretaria del Ministerio de Turismo.


A partir de este momento, entonces, se desarrollará un proceso que terminará con una licitación pública para la realización del casino. En esta instancia, quien presentó la iniciativa -es decir, Cipriani- contará con una ventaja competitiva frente al resto.


Cipriani con ventaja de entre 5% y 20%

La resolución presidencial del pasado lunes, por la que se autorizó el funcionamiento de una nueva sala en el futuro San Rafael, habilitó el proceso competitivo incluido en el artículo 19º de la Ley 17.555, conocida como “de iniciativa privada”. En esta primera etapa, la norma establece que todas las actuaciones son confidenciales.

El trámite ingresó ahora a lo establecido en el inciso B de la ley, que establece un plazo de 120 días para presentar los estudios de factibilidad a cargo del inversor, entre otros ítems.

“Cumplida dicha etapa a satisfacción de la administración, ésta dispondrá de un plazo de 120 días contados a partir de la conformidad prestada a los estudios de factibilidad para convocar a una audiencia pública, llamar a licitación pública o promover el procedimiento competitivo que se determine por razones de buena administración. En caso que esto no ocurra, el promotor mantendrá todos los derechos por un plazo de dos años”, indica el texto legal.

En caso de concretarse el procedimiento competitivo, el empresario Giuseppe Cipriani tiene el derecho a beneficiarse con un porcentaje no menor al 5%, ni mayor al 20% sobre el valor ofertado. En caso de perder contra otro inversor, la ley lo habilita a mejorar la oferta. Todo aquel interesado en participar de este proceso competitivo deberá tomar en cuenta que el nuevo casino, sí o sí, deberá habilitarse en la manzana 815 de Punta del Este, que, como se sabe, fue adquirida en US$ 50.000.000 por Cipriani.

“La parte política dice que se necesita una licitación pública, de acuerdo a lo que establece la ley de iniciativa privada. En junio, por lo que tengo entendido, el gobierno llamará a licitación. Si nadie se presenta en un plazo de treinta días, entonces nos concederían la licencia”, adelantó el propio Cipriani en nota a El País el pasado 5 de mayo.


Fuente: El País - Marcelo Gallardo

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