Crece la demanda de jets, dada la mayor cantidad de turismo que se espera para el verano 2022 y la escasa oferta de asientos disponibles en vuelos regulares a Uruguay.
Uruguay se prepara para vivir una de las mejores temporadas y los argentinos planifican sus vacaciones con vuelos charter. En comparación a la prepandemia, se duplicaron las reservas de jets privados para viajar en el verano a Punta del Este, el destino más codiciado del otro lado del charco.
En el sector, explican que la tendencia se debe a varios factores. Por un lado, la demanda contenida para visitar el país vecino, que terminó de reabrir sus fronteras al turismo el 1° de noviembre, luego de 20 meses de permanecer cerradas para extranjeros.
En este sentido, se espera que, en esta ocasión, vacacione allí una mayor cantidad de propietarios de inmuebles, que no pudieron acceder a ellos durante los meses en los que rigieron las restricciones más duras. Además, muchos aprovecharán la estadía para averiguar sobre trámites para obtener la residencia.
Contribuye al fenómeno la escasez de asientos disponibles en vuelos regulares. Las dos aerolíneas que actualmente tienen operaciones entre la Argentina y Uruguay, Aerolíneas Argentinas y Flybondi, prácticamente ya tienen todo vendido para las semanas más requeridas, entre las Fiestas de fin de año y los primeros días de 2022.
La compañía de bandera ya no tiene lugar en sus viajes a Punta del Este, que se realizan en la aeronave B737800 con capacidad para 170 pasajeros. Los vuelos previstos para diciembre a Montevideo, otro de los puntos turísticos de mayor demanda, ya promedian el 90% de ocupación. Y para enero y febrero, tienen una tasa de reservas superior al 80%, con vuelos full los fines de semana.
Por su parte, la low-cost, que retomará sus frecuencias con Uruguay en diciembre, tiene un nivel de demanda "elevado" en la ruta Buenos Aires-Punta del Este, un trayecto estival que será operado cuatro veces por semana (lunes, viernes, sábados y domingos) con un avión Boeing 737-800 NG de 189 asientos.
En este escenario, aumenta cada vez más la contratación de taxis aéreos, un sector que creció desde la irrupción del Covid-19, con las restricciones a la industria aerocomercial, y que se afianza en la 'nueva normalidad'. Tanto el aeropuerto de San Fernando como el Aroparque Jorge Newbery funcionan como terminales aéreas para estos servicios.
"El incremento es exponencial. Registramos el doble de reservas que en 2019. La principal diferencia respecto de los vuelos tradicionales es la comodidad y el ahorro de tiempo. Para los nuestros, hay que estar en el aeropuerto solo media hora antes del despegue. En cambio, con los comerciales, se precisan hasta dos horas de anticipación", explica Miguel Livi, presidente de Royal Class, compañía de servicios aeronáuticos privados con sede en Aeroparque.
Los precios varían en función de la talla de los aviones. En esta empresa, los valores de los viajes a Punta del Este para el próximo verano promedian los u$s 3500 ida y vuelta. "Notamos el interés de turistas y dueños de propiedades por viajar y robustecimos la oferta para satisfacer la demanda", comenta Livi.
En febrero, la compañía invirtió u$s 3,6 millones para sumar a su flota estable dos Cessna Citation Jet. "Apuntamos a dar a respuesta a las necesidades y los requerimientos de un mercado que se potenció con el coronavirus, con usuarios que buscan evitar conglomeraciones y acortar tiempos de espera, con los mismos controles que los vuelos clásicos", señala el directivo.
Las unidades cuentan con capacidad para seis pasajeros y una amplia bodega. Su autonomía es de tres horas, por lo cual, se adaptan a viajes hacia y desde Uruguay, además de conectar Buenos Aires con otros destinos de la Argentina y de países limítrofes como Chile y el sur de Brasil.
"Tienen como característica tener un bajo costo operativo, lo que permite ofrecer opciones competitivas. Vuelan a una altitud de 45.000 pies, una medida habitual entre el resto de las líneas aéreas, y garantizan el confort, la velocidad de traslado y el nivel de servicio", detalla.
Let's Fly, otra empresa que brinda estas prestaciones, estima que cerrará 2021 con más transacciones que hace dos años. "Calculamos que el nivel de operaciones va a ser más alto que el habitual entre el 20 de diciembre y el 20 de enero, la época más fuerte de viajes a Punta del Este", proyecta Sergio Mastropietro, director de la firma, que opera desde Aeroparque y San Fernando.
En la temporada 2019/2020, Let's Fly realizó alrededor de 200 viajes. Para esta, prevé llegar a, por lo menos, 300. "Estamos recibiendo muchas consultas y esperamos que en los próximos días se concreten más sobre la fecha", explica Mastropietro. En esta compañía, los precios de los vuelos ida y vuelta parten desde u$s 2000 y trepan a u$s 11.000.
"Tenemos la expectativa de alcanzar números récord en términos de operaciones y cantidad de viajeros, por el efecto rebote de la pandemia, producto del impedimento para viajar, y el incremento de la oferta por parte de los prestadores, tanto de servicios aéreos como de hotelería", dice Juan Ignacio Graña, CEO de Cruxjets, una plataforma que agrupa la oferta de este tipo de servicios, pudiendo elegir si compartir el vuelo o hacerlo de manera individual.
El 40% de las ventas efectuadas corresponden a vuelos charter con destino a Punta del Este. El marketplace estima que la modalidad sharing será la que aportará el mayor número de viajeros de este segmento, que hasta hace unos años no podían acceder a esta opción de traslado.
Fuente:Cronista.Com
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